Michoacán, Buena Señal
Héctor Murillo Cruz
26 de Enero del 2014
Quienes nos dedicamos al periodismo en sus diferentes facetas en el ámbito político, desearíamos abordar temas diferentes para no fastidiarnos ni fastidiar a quienes nos favorecen con su lectura. Pero dadas las circunstancias resulta inevitable seguir en el tema de Michoacán, mal gobernado por Fausto Vallejo, donde la contradicción, el azoro y la confusión siguen imperando no obstante el impresionante despliegue de fuerza que el gobierno federal ha implementado al margen de la formalidad constitucional, es decir que a pesar del franco estado de excepción, pareciera que el Estado ciego y sordo, no sabe con certeza a quienes combatir primero o controlar después: a los criminales probados que son los llamados “Caballeros” Templarios, comandados por Servando Gómez (a) La Tuta, o los integrantes de los grupos de autodefensas, liderados por conocido doctor Mireles, quienes cuentan con recursos económicos de procedencia dudosa y armamento vedado, pretendiendo llenar el vacío de poder en el área de seguridad que la incapacidad o corrupción de los gobiernos estatales dese hace varias décadas permitió la incubación, el desarrollo y crecimiento de los grupos criminales que tienen avasallado al pueblo de Michoacán, sobre todo en la zona de Tierra Caliente. En abono a la no todavía probada estrategia del Gobierno Federal, debe decirse que los resultados no pueden ser inmediatos y que en Apatzingán comienzan a regularizarse paulatinamente las actividades comerciales y la vida cotidiana de los lugareños. Podría ser una buena señal pero el desmantelamiento de los Templarios se dará cuando caigan sus líderes.
CAMBIO DE DIRIGENCIAS AZUL Y AMARILLA
Candente es el entorno bajo el cual se está dando la elección de la dirigencia nacional en el PAN, donde los competidores –aún no registrados- principalmente Gustavo Madero, quien va por la reelección y el filipense Ernesto Cordero se están dando con todo, como nunca había sucedido en el Blanquiazul; la pregunta es: ¿Qué tanto pesará el repentino y nada casual regreso al país de Felipe Calderón en dicho proceso?
En el PRD, donde no hacen malos quesos, los perredistas también se acercan al relevo del actual dirigente nacional Jesús Zambrano, quien ya se auto descartó para una reelección que nadie contempló. Aunque parecen moderadas las hostilidades de las tribus, que mantienen una guerra acostumbrada por el control de la burocracia y de los recursos, parece perfilarse como el próximo dirigente el ínclito guanajuatense –marqués de Salvatierra, aunque él se identifica más como celayense– Carlos Navarrete, buen político y apasionado cantador del repertorio de José Alfredo Jiménez.
CONGRESO JALISCIENSE
Fue tanta, y tan contundente la presión social en contra de los “apoyos” para operar las llamadas casas de enlace de los desvergonzados diputados locales de Jalisco, que por fin cedieron a esa onerosa partida económica que mucha molestia causó, y que les daba a cada uno de los legisladores de todos los colores noventa y dos mil pesos mensuales sin tener que comprobar ni un solo centavo de esos 43 millones de pesos asignados en total.
Los primeros en brincar y optar por dimitir de ese apoyo fueron los diputados del PRI, seguidos por los de Acción Nacional.
A los diputados no les quedó de otra más que apechugar el deseo de la gente, harta ya de la desfachatez de quienes dicen representarles.
Y es que con ésta acción populista, los legisladores locales de Jalisco pretenden llamar la atención de supuesta congruencia; cosa más falsa. Están ya cada vez más cercanos los tiempos electorales y los diputados quieren engañar al ciudadano con actos publicitarios y actitudes de mentirosa reivindicación social.
ABEL QUEZADA Y EL BIP
Para leer el BIP (Buró de Investigación Política) era necesario pagar la suscripción de $100.00 entonces se le enviaba cada semana un ejemplar escrito personalmente por Horacio Quiñones, quien en los primeros años firmó como Andrés de Guevara, hasta el 29 de agosto de 1949, el número 37. Desde el 12 de septiembre de 1949. Comenzó a firmar con su verdadero nombre: Horacio Quiñones. La mayoría de los ejemplares de enviaban por correo y algunos otros por mensajería.
Entre sus lectores estaban naturalmente políticos: Presidencia, Secretarías de Estado, Cámaras de Diputados y Senadores, gobiernos estatales, embajadas de México, empresarios, industriales y cualquier otro interesado. Sin embargo Quiñones sabía que los no suscritos también lo leían cuando BIP pasaba de mano en mano y en alguna ocasión en Monterrey, alguna empresa mimeografío el BIP y lo hizo circular entre sus trabajadores.
El tiraje comenzó siendo de mil ejemplares, sabemos que con el tiempo aumentó. Hubo algunos periódicos confidenciales inspirados en el BIP., el más celebrado fue el publicado por su amigo el conocido caricaturista Abel Quezada, quien le autografía un ejemplar de su primer número: “A Horacio, a quien me fusilo en estas cartas. Su amigo Abel 18/agosto/58”. Y en su primera página dice: “Me decidí a hacer esta carta secreta después de observar que las demás cartas secretas que hay en México son ‘tan secretas’ que las conoce todo el mundo”. (Fuente: Archivo de la familia Quiñones Ladrón de Guevara. Investigó Beatriz Quiñones Solís).
BAJACALIFORNIANO MEMORIOSO
El sábado 14 de marzo he sido invitado a un acto en el Centro Cultural Tijuana, cuya trascendencia rebasa la presentación de un libro: se trata de las “Memorias de un Bajacaliforniano.-Legado de un visionario” escritas por un político extraordinario, el economista Eduardo “Galo” Tonella, representativo de virtudes norteñas. Nació en Sonora hace 91 años, pero se formó en Baja California. Hoy estado de aluvión nacido de la extraordinaria y rica afluencia poblacional típica de las fronteras con EU. Ha sido un hombre discreto, “generoso y con amplio sentido del valor de la amistad” como afirman los organizadores del acto: Carolina Aubanel, Leonardo Bravo Quintero e Ignacio Carlos Huerta.
No hemos olvidado a las generaciones de profesionales forjadas por el sistema educativo de la Revolución, singularmente el Instituto Politécnico, de donde surgieron las primeras inquietudes de “Galo”, quien fue también producto de la cultura del esfuerzo.